Gracias al regalo que supone el subconsciente colectivo podemos sentir como familiares las épocas que nunca conocimos, los recuerdos de las generaciones que nos precedieron. En la evocación de pretéritas décadas, Victoria Legrand y Alex Scully descubren cómo tirar del hilo de nuestros anhelos a través del ensoñador pop de género fantástico que exhiben bajo el sugestivo nombre de Beach House.
El dúo de Baltimore (EEUU) se estrenaba en el año 2006 con un disco homónimo, cuya singular propuesta no pasó desapercibida entre el sector de la música independiente. Esquemáticas cajas de ritmos activadas en el modo relajación, taciturnos y envejecidos órganos y unas guitarras steel hawaianas servían de séquito a la voz intemporal, andrógina, de la cantante gala Victoria Legrand, protagonista de un sonido envolvente y nostálgico afín a descoloridas filmaciones caseras en 8 mm. El debut tuvo como prolongación el álbum Devotion (2008), donde repitieron con la pequeña discográfica Carpark, y en el que Gila tomaba el relevo de canciones destacadas del primer trabajo como Master of None, claros ejemplos del carácter único y cautivador del grupo.
El nuevo disco titulado Teen Dream (2010) supone una evolución que va más allá del ingreso de la banda en un sello discográfico tan reconocido como Sub Pop. Si las tonalidades sepia dominaban antes el teatro mágico de Beach House, el escenario donde desfilan las canciones es ahora una gama de refulgente multicolor. Las notas agudas y campanilleantes ganan en relieve con la producción a cargo de Chris Coady (TV on the Radio, Yeah Yeah Yeahs) y el halo romántico de las melodías se torna más irreal, si cabe, con una confitura de idealismo que aísla al oyente hasta el último corte de la grabación.
Silver Soul, Used to Be o, sobre todo, el luminoso 10 Mile Stereo, son modelos del inmejorable dream pop que enarbola el dúo en un disco colmado de potenciales singles, de temas dignos de representar la excepcionalidad de un trabajo en el que la pieza más bella sea quizá Lover of Mine, clara heredera de los hallazgos del grupo Cocteau Twins. Como final nos llega Take Care, una personal interpretación de las raíces del folclore americano, similar al modo en el que la banda The Walkmen modela la imaginería de Bob Dylan.
Silver Soul, Used to Be o, sobre todo, el luminoso 10 Mile Stereo, son modelos del inmejorable dream pop que enarbola el dúo en un disco colmado de potenciales singles, de temas dignos de representar la excepcionalidad de un trabajo en el que la pieza más bella sea quizá Lover of Mine, clara heredera de los hallazgos del grupo Cocteau Twins. Como final nos llega Take Care, una personal interpretación de las raíces del folclore americano, similar al modo en el que la banda The Walkmen modela la imaginería de Bob Dylan.
Aunque la publicación de Teen Dream sea muy reciente, el álbum ya forma parte de la más selecta oferta musical del año y en ella Beach House nos convida a dejarnos abandonar por una saudade imaginada, una dulce añoranza de vivencias que tan sólo existieron en nuestro corazón.
Video de Silver Soul
He leído que este par han marcado la diferencia con "Teen Dream" respecto a sus anteriores trabajos, pero a mi me cuesta verlo así, "Devotion" me parecen de similar nivel, muy buenos ambos, con la diferencia de que el ambiente del primero es más de un tarda recogida de invierno, y el segundo de una mañana soleada de invierno.
ResponderEliminarY tanto en su visita del 2008 como la del 2009, una delicia en directo (y un público sorprendentemente híper-respetuoso)
Pienso que el Teen Dream de Beach House no sólo ha cambiado notablemente el sonido de la banda (sin menoscabo en la personalidad del dúo), sino que sus canciones son mucho más ricas en talento y calidad. En resumen: El último disco me parece uno de los mejores álbumes de pop de los últimos tiempos.
ResponderEliminar¡Merci por tu opinión Arnau!
Cada vez que paso por tu blog descubro grupos de los que ni siquiera había oído hablar. Descubrimientos siempre satisfactorios, por cierto.
ResponderEliminarFeliz verano, musus.
Gracias Mafaldas, espero poder escribir más a menudo. ¡Besos!
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