28 de marzo de 2007

Selección de canciones 2007, Parte I

The Shins * Phantom Limb (2007)



El grupo de James Mercer vuelve con un tercer álbum. Muy esperado entre los aficionados del buen Pop independiente, este nuevo trabajo ha conseguido satisfacer las expectativas. Con el single Phantom Limb demuestran toda su capacidad para hacernos añorar esa clase de Pop sencillo y efectivo de antaño. Desde Nuevo México (EEUU), "cultivo de pequeños placeres".




Bracken * Safe Safe Safe (2007)




Chris Adams, bajo el nombre de Bracken, ha publicado un álbum en solitario titulado We Know About The Need (2007). En Leeds (Inglaterra) fundó con su hermano el grupo Hood, que en los años 90 destacó especialmente por su experimentación y creatividad. En su nuevo proyecto sigue buscando nuevos lugares a los que llevar la idea, que tenemos establecida, de canción. Música etérea, que a través de las nuevas tecnologías, nos explora...



Javier Navarrete * Hace Mucho, Mucho Tiempo (2006)



Javier Navarrete (nacido en Teruel y afincado en Barcelona) ha alcanzado un merecido reconocimiento por su música para la película El Laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro.Nominada para los premios Goya y Oscar, esta banda sonora llena de acierto, expresividad y sentimiento, es una nueva prueba de que, en nuestro país, atesoramos compositores para el cine de tanto talento como los ya consagrados internacionalmente.La nana que he escogido protagoniza uno de los momentos más emocionantes del reciente cine en lengua hispana.




22 de marzo de 2007

Egon Blant


Creo que tenía ocho años cuando mi padre me regaló un cómic de ciencia ficción. Él lo eligió porque sabía que me obsesionaba todo lo relacionado con el espacio y el futuro. Era una vieja reedición de Flash Gordon, con dos historias protagonizadas por el héroe intergaláctico. Una de ellas se titulaba "Música silenciosa" (Egon Blant Escapes) con guión y dibujo de Dan Barry (1923-1997).


Buscando en Internet, descubrí que se publicó originalmente en 1968, año que en mi adolescencia me interesó especialmente, debido al histórico Mayo de París, cuando las revueltas estudiantiles llegaron a provocar una crisis nacional en Francia. La historia de Egon Blant, aunque transcurre en un futuro lejano, está influenciada por esa época de jóvenes con ansias de revolución. Por desgracia, el cómic lo perdí hace muchísimo tiempo, aunque lo recuerdo bien de leerlo infinidad de veces durante años.
Para acompañar el relato de mis recuerdos, he elegido una pieza musical que ya forma parte de mi vida.


'Opening' de Philip Glass




La música de Egon Blant

Él era músico, y estaba loco. Poseía el talento de hipnotizar a las personas a través de su música, y así tenerlas bajo control. Encarcelado durante años por utilizar su don, consiguió al fin escapar. Con una personalidad obsesiva y extrema, perfeccionista e intolerante con la ignorancia y vulgaridad predominantes; su determinación de luchar ante la decadencia que él sentía en la sociedad, le condujo a idear su propia revolución.


En seguida llevó a cabo un plan para lograr alcanzar su sueño. Secuestró a las tripulaciones de decenas de naves espaciales para poblar una ciudad, fundada por él, en un lejano y e inhóspito planeta. Un palacio de plata y cristal coronaría la urbe, donde los órganos y pianos del demente compositor reproducirían por siempre su melodía. Todos los habitantes vivirían en armonía. La paz y el amor perdurarían. La violencia, la mezquindad, el odio...no lograrían llegar a la ciudad de los teclados infinitos de Egon Blant. A través de su música sería el único gobernante, haciéndose responsable de que su pueblo fuera siempre feliz.


Pero el héroe lo descubrió, y ayudado por el ejército, Flash Gordon libera a los secuestrados, destruye la ciudad y detiene al fugitivo músico, encarcelándolo para siempre.
Aunque tan solo era un niño, no pude evitar sentir fascinación por el sueño utópico e idealista del lunático hipnotizador. Al final de la historia, Flash camina entre las ruinas de la ciudad junto a su pareja Dale Arden, y ella le comenta:

«No hay nada más triste que contemplar las cenizas de un sueño, aunque sea el sueño de un loco.»

En mi infancia, la frase se quedó grabada en mi memoria. Siendo ya adulto relacioné su locura e idealismo con personajes literarios como el Don Quijote de Cervantes o el Príncipe Mishkin de Dostoievski.

Quizá el músico loco no siguió preso hasta su final y escapó, por última vez, gracias a una ayuda inesperada...
“Pero ésa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.”




Imagen de la cabecera extraída de la película "Metrópolis" (1927) dirigida por Fritz Lang